En medio de la investigación por el presunto pedido de coima a un agricultor de Chaco, a raíz de la cual hay 28 policías de la Brigada Norte detenidos, el fiscal Washington Navarro Dávila, decidió expulsar a un periodista de LA GACETA que estaba cubriendo la nota, y amenazó con no dar más noticias acerca de la causa.
El hecho ocurrió poco después de las 13, en el primer piso de la sede penal del Poder Judicial, en avenida Samiento al 800. Alí, dentro de una de las salas de juicio, estaban los policías detenidos, que debían declarar ante Navarro Dávila.
El periodista de LA GACETA José Inesta estaba en el lugar para registrar imágenes, cuando un policía de la guardia de Tribunales le pidió que se retirara. El periodista, entonces, solicita el nombre de la persona que había dado la orden. Ante esto intervino la secretaria de la fiscalía quien luego de señalar con gestos que estaba grabando los dichos del reportero, llamó al fiscal. Navarro Dávila se presentó y ofuscado, obligó a Inesta a a retirarse, no sin antes pedirle a la guardia policial que registrara su nombre.
Luego del incidente, el fiscal se comunicó con otro periodista de LA GACETA y aseguró que él había ordenado que no hubiera nadie en el pasillo frente a la sala de juicio para que no se tomaran imágenes de los rostros de los policías, ya que esto podría haber perjudicado una posterior medida de reconocimiento con el denunciante de la presunta estafa.
Sin embargo, es la primera vez que se toma una medida de esta especie, ya que cuando los detenidos, por ejemplo, son civiles y no policías, jamás se desaloja a la prensa, sino que se evitan las filmaciones de los rostros, tapándoselos.